"RECETA PARA LA ORACIÓN"
"La oración ha sido el antepasado de mucha paz mental, alegría, calma, valor, autodominio y justicia entre los hombres y las mujeres de las razas en evolución.". [UB 91:4:5]
Ajustador del Pensamiento: A diferencia de muchos de sus medicamentos recetados, la oración no tiene efectos secundarios negativos. Hablo de la oración "auténtica", la que surge de un corazón abierto, en contraste con la que se recita de memoria como cumplimiento de un "deber" religioso anunciado para ganar puntos por buen comportamiento.
La oración es más que pedir favores divinos. Ni tampoco es ejercer una presión indebida al "hacer tratos" con tu Creador, con la esperanza de retorcerle el brazo y hacer que vea las cosas a tu manera.
La oración implica confianza en Aquel en quien confías. Es una conversación íntima de alma a alma con tu mejor amigo para siempre, sin ocultar nada por un falso sentido de corrección religiosa. No tiene nada que ver con seguir sin pensar los rituales accesorios con campanas, velas, genuflexiones, aromaterapia costosa y fórmulas piadosas. ¿Cómo te sentirías si tus supuestos amigos se acercaran a ti de forma similar? ¿No ahogarían la relación entre ustedes?
Para generar "paz mental, alegría, calma, coraje, autodominio y ecuanimidad", la oración tiene que ser una revelación completa y sincera del predicamento para el que se solicita el consejo. Este estado de entrega confiada desencadena la liberación de las fragancias espirituales y los efectos secundarios positivos del acto y la actitud de la auténtica oración.
Al derramar tu corazón, descargas mucha tensión interior. ¿No te sientes siempre mejor después de confiar en un amigo leal? Articulando cuidadosamente lo que te preocupa, obtienes una mejor imagen, lo cual es parte de la "utilación del alma", que es la forma en que el alma trata tus dilemas con éxito.
La oración también puede ser un tiempo de descanso muy beneficioso durante el cual procesas las emociones tumultuosas que te roban la paz mental. Dejando salir el "vapor emocional", te sientes en la paz que pasa por todo entendimiento. Es cuando sabes que tu oración ya ha sido parcialmente contestada, ya que la Divinidad te devuelve la prioridad. Cuando estás preocupado, tu prioridad más urgente es calmarte para que puedas tomar decisiones claras e inspiradas.
"Pide y recibirás" fue la simple amonestación de Jesús. Él sabía bien que muchas oraciones humanas necesitarán ser editadas en lo alto en cuanto a la relevancia de su contenido para que las próximas respuestas satisfagan las necesidades reales del peticionario y atiendan al bien general más elevado. Es por eso que Su declaración final siempre fue "Mi voluntad es hacer Tu Voluntad".
Traducido per Juan Vicente Ramirez