¿PARA QUÉ TE ESTÁS POSTULANDO?”

En el Cristianismo, un discípulo se refiere a un estudiante o a un seguidor de Jesús y sus enseñanza; mientras que un apóstol sirve como Su embajador –un mensajero que ayuda a difundir Sus enseñanzas y filosofías.

Ajustador del Pensamiento: “Desde esta perspectiva, pueden comprender por qué los requerimientos del apostolado exceden por lejos «el camino menos riguroso de los discípulos.»

Jesús pidió a su círculo íntimo vivir sus vidas, como Él había vivido la Suya en espíritu. Continuó diciendo: «Vosotros devolveréis el bien por el mal. Mis mensajeros no deben luchar con los hombres, sino tratarlos con dulzura [...] la misericordia determinará siempre vuestro juicio y el amor, vuestra conducta.» [LU 140:6.9]

No hay escasez de trabajo en el Reino Divino de los Corazones. Tú determinas cuál será tu contribución. Sin embargo, todo el mundo comienza como aprendiz, como lo hizo Jesús, estudiando diligentemente las idiosincrasias de la condición humana, para trazar con precisión su mundo interior y elaborar una estrategia de rescate viable.

Él paso mucho tiempo enseñando a sus apóstoles, de modo que pudieran representarlo en la carne, emulando Su liberador legado espiritual, que nunca se volverá obsoleto, siempre que cabalgue en la cola de la Verdad Viva.

La escuela de la vida, siempre en marcha, te promoverá eventualmente para servir como Asistente del Maestro. No importa dónde te encuentres en la curva de aprendizaje espiritual, eventualmente obtendrás tu doctorado en Divinidad – convirtiéndote así en otra encarnación única de la súper-humanidad.”

Traducido por Silvia Adriana Cohane.