“LOS FUERTES SON LOS MANSOS”.

«Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad». La mansedumbre genuina no tiene relación alguna con el temor. Es más bien una actitud del hombre que coopera con Dios —«hágase tu voluntad». Comprende la paciencia y la tolerancia y está motivada por la fe inamovible en un universo ordenado y cordial. Domina todas las tentaciones de rebelión contra la dirección divina. Jesús fue el manso ideal de Urantia, y heredó un vasto universo. [LU 140:5.11]

Ajustador del Pensamiento: “En el sermón de ordenación, las palabras de Jesús explicaron los componentes de la verdadera felicidad. Ninguno de ellos pertenecía a los beneficios derivados de la riqueza material, mientras que todos tenían que ver con la plenitud espiritual y emocional.

Los primeros dos requisitos previos son la humildad y el hambre de justicia. El tercero es la mansedumbre – una palabra que a menudo se le asigna una connotación negativa, cuando se confunde con debilidad. Es todo lo contrario, ya que la auténtica mansedumbre es una demostración de una gran fuerza de carácter.

Para poner esa palabra en el contexto adecuado y demostrar su fecundidad intrínseca, aquí hay algunas de sus muchas facetas: fuerza de ánimo, tolerancia, resignación, amabilidad, suavidad, flexibilidad, serenidad, docilidad, reserva, modestia, recato, humildad, simplicidad, bajo perfil, sumisión, sinceridad, postración, falta de antagonismo, conformidad, obediencia, consentimiento, mansedumbre, deferencia, y gentileza.

Jesús ciertamente no se refería a individuos sin carácter y fáciles de controlar, ni tampoco Él aludía a relaciones humanas cargadas de abuso emocional. Él describió la manera exitosa y emocionalmente satisfactoria en la cual los humanos pueden llegar a la Divinidad.

Desde este punto de vista esclarecedor, las palabras de Jesús fueron alentadoras. Él demostró brillantemente cómo insertar en vuestro llavero espiritual las diversas llaves maestras que Él repartió libremente, para garantizarles el acceso legítimo a la sala VIP del Reino de los Corazones.

Reflexiona sobre el goteo positivo de la genuina mansedumbre, cuando impregna el tejido de la vida. La vida de Jesús testifica abundantemente de qué se trata la humildad centrada en Dios. Es una de las muchas victorias espirituales que Lo calificaron como heredero de un vasto universo.”

Traducido por Silvia Adriana Cohane.

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