“NO JUZGAR”
“No juzguéis al alma ni midáis su destino por el metro de un solo episodio humano desafortunado. Vuestro destino espiritual está condicionado solamente por vuestros deseos y propósitos espirituales.” [LU, 156:5.9]
Ajustador de Pensamiento: “Los seres humanos se autoinfligen mucho dolor innecesario debido a sus polarizados y sentenciosos impulsos. En el estado actual de inmadurez spiritual, están desprovistos de sabiduría y conocimientos iluminados que los harían “jueces justos de carácter.” Los errores crueles de la justicia y el desánimo son la reacción desafortunada de las posturas duras y críticas hacia uno mismo o hacia los demás. Ciertamente no es la forma en la que el Padre empuja a cada alma en evolución de regreso a Su abrazo reconfortante. Debido a que Su Ego está “centrado en los demás”, Su Naturaleza altruista y extrovertida le impide ofenderse personalmente por las travesuras de su joven progenie.
En Su sabiduría perspicaz y que lo abarca todo, el Legislador de las leyes reguladoras fundamentales de Su vasto multiverso delegó poderes judiciales a los Ancianos – no a los Novatos – de los Días, un grupo de trabajo acreditado para formar la Corte Suprema divina.
“La cesación de la existencia se puede decretar […] por la acción coordinada de todos los tribunales de jurisdicción, desde el concilio planetario hasta los tribunales de juicio de los Ancianos de los Días, pasando por las cortes del Hijo Creador.” [LU, 2:3.3]
Teniendo en cuenta que tu alma crece a través del arduo proceso de prueba y error, aciertos y fallos, ambos lados de vuestra moneda planetaria crece más pesado en oro experiencia. El Padre ciertamente no tiene en contra de ustedes sus errores de novatos de buena fe. Tales esfuerzos dieron en el blanco de Su tierno corazón. ¿No sería paradójico que Él te invitara a optar por la vida eterna y, al mismo tiempo, declarara el factor decisivo cualquiera de tus decisiones miopes? No te niegues a ti mismo ni a los demás las abundantes oportunidades para un nuevo comienzo que te acerque cada vez más al cumplimiento de tu glorioso y extraordinario destino”.
Traducido por Oscar Escobar.