EN VERDAD, EN VERDAD, YO LES DIGO. . .

Ajustador del Pensamiento: “Hablemos de las Palabras. Fundamentalmente, ellas son asociaciones fonéticas de ‘energía sónica’ codificada, con significados y sentimientos que transmiten un mensaje específico.

“Vuestro Maestro Jesús, frecuentemente comenzaba Sus oraciones con: ‘En verdad, en verdad, Yo les digo…’, como Sus palabras habladas SIEMPRE estaban en línea con la verdad divina que Él vino a transmitir. Después de ascender a reinos superiores, Él compartió Su legado perdurable con la Humanidad, al enviar Su Espíritu de Verdad para compensar Su ausencia física.

“¿Qué les dice ésto? En primer lugar, les muestra que, para ser efectivas, las palabras deben estar ‘llenas de verdad’ y ser ‘sentidas en el corazón’. La Verdad surge de un corazón abierto antes de viajar a los labios, para ser proclamada con autoridad. Es también por ésto que las palabras de Jesús estaban investidas de poderes sanadores.

“En vuestro Mundo, las palabras son usadas por muchos como un ‘producto’ para obtener lo que ellos quieren. Aquellos que promueven agendas egoístas sufren de un ‘corazón cerrado’, y con frecuencia distorsionan la verdad para obtener sus objetivos, confiriendo a las palabras poderes destructivos, que están respaldadas por una sólida base de verdad. Si ellos son escudriñados, su lenguaje corporal contradice sus palabras habladas. También, la kinesiología – el estudio del movimiento muscular – demuestra que las mentiras debilitan a las personas. ¿Cómo podría ser de otra manera?

“Es una gran práctica espiritual hablar ‘atentamente’, o sea, estar completamente detrás de vuestras palabras y así otorgarles el peso de la Verdad, una gravedad espiritual cuyo impulso se origina en Reinos Superiores y los califica a ustedes como co-creadores.

“Además, ¡cuidado con el diálogo interno! Las Palabras dejan una huella mental y emocional en sus destinatarios: ustedes y los demás. Ustedes no pueden recuperarlas una vez que cruzan el umbral de vuestros labios. En el lado positivo, las palabras de amor y verdad tienen un efecto de ‘onda eterna’. Una vez dichas, ellas pueden ser repetidas ad infinitum (hasta el infinito) o registradas en atesoradas bibliotecas de referencia.”

Traducido por Silvia Adriana Cohane.