ACERCA DE LA CRUCIFIXIÓN SIMBÓLICA DEL EGO HUMANO

“Además de todo esto, estaba su extremada angustia mental, su aguda tensión espiritual, y un sentimiento terrible de soledad humana.” [LU 187:01]

Instructora Uteah: “La declaración anterior describe el estado mental y emocional de Jesús, cuando fue llevado al Gólgota para ser crucificado. Él ya había sido privado de comida y sueño desde Su arresto, así como azotado, escupido, burlado y ridiculizado. Bajo tales ataques tan degradantes ¿quién no tocaría fondo?

“Sin embargo, Su principal preocupación era la seguridad de aquellos que demostraron empatía y compasión hacia Él, tocando así profundamente Su corazón roto.

“Hay momentos en tu vida, cuando te sientes puesto a prueba severamente por la coacción emocional infligida sobre ti por situaciones extremadamente difíciles que parecen ‘muy por encima de tu salario’. En esos momentos, te sientes abandonado por Dios y por el mundo en general. Ustedes son empujados a sus límites y envían peticiones urgentes a Dios, rogando por una Intervención Divina que no puede suceder lo suficientemente pronto.

“Cuando vuestra ‘banda elástica’ emocional parece ser estirada hasta el punto de romperse, es usualmente cuando se produce el milagro: una inyección de esperanza que les da un reinicio emocional, un muy necesitado segundo aire.

“Habiendo pasado por momentos tan insoportables, Jesús adquirió conocimiento personal del abismo aparentemente sin fondo del dolor humano. Él había estado allí sin pronunciar una queja, olvidándose de sí mismo por el bien de los demás. ¡Qué brillante ejemplo de amor, empatía y compasión!

“Sepan que ustedes NUNCA están solos en sus momentos de desesperación. Las fibras del corazón de Jesús están conectadas con aquellos que soportan la crucifixión simbólica de su ego humano en la cruz de la adversidad. Él los llevará al estado elevado de conciencia que Él experimentó en Su gloriosa resurrección de entre los muertos: los físicamente muertos, así como ‘los muertos vivos’ que Le infligieron tal abyecto trato. El comportamiento noble y digno que Él mostró mientras estaba en Su punto más bajo, le valió el respeto de sus torturadores, salvando muchas más almas antes y después de que Él diera Su último aliento.”

Traducido por Silvia Adriana Cohane.