“SÓLO PARA TUS OÍDOS.”

Ajustador del Pensamiento: “Si te preguntas por qué Mi Voz no es más que un susurro, pregúntate cómo te gustaría que tu amado se dirigiera a ti. Levantar la voz arruinaría el ambiente, ¿no es así? Te sobresaltaría.

Las relaciones íntimas ocurren en estrecha proximidad. Los campos áuricos de los amantes se mezclan uno con el otro, de modo que sus corazones están muy abiertos y completamente receptivos entre ellos. Se deleitan en la mutua cercanía y comparten confidencias en voz baja, porque sólo son para sus oídos.

Lo mismo sucede con la armoniosa relación eterna que establecemos entre nosotros. Los amantes respetan el espacio del otro, nunca se inmiscuyen sin ser invitados, en el mundo interior de su pareja. Ellos esperan pacientemente por el momento adecuado, ya que el amor nunca es forzado ni autoritario. El amor se da a sí mismo, y el amor incondicional nunca está necesitado – siempre se auto sustenta por su naturaleza extrovertida, y por la alegría que proporciona a ambos, tanto al dador como al receptor, quienes constantemente cambian los roles.

La sustancia del amor nunca se pierde. Alcanza un punto de inflexión cuando se ha acumulado suficiente amor extrovertido para poner en marcha una ‘reacción’: el momento crucial cuando el corazón del objeto de afecto es ‘con-movido’ y responde de manera refleja. Debido a la naturaleza recíproca del amor, sucederá tarde o temprano.

Muchos son aquellos que se dan por vencidos prematuramente debido a la condicionalidad de sus sentimientos, cortando así de raíz el hermoso efecto dominó del amor desinteresado e indiscriminado.

No debería sorprender que el Reino de los Cielos sea, de hecho, el Reino de los Corazones. Medita sobre cómo se sentiría ser parte de él, y una vez que consigas sentirlo, permite que el sabor de esta emoción se asiente en tu mundo interior, para que pueda transpirar en tu realidad exterior.”

Traducido por Silvia Adriana Cohane.