“MANTÉN TU VISTA EN EL EXTREMO LARGO DE TU VARA DE ORACIÓN”
“Ora tan sólo por valores, no por cosas; por crecimiento, no por gratificación.” [LU, 91:8.13]
Ajustador del Pensamiento: “La expresión “conseguir el extremo corto de la vara” significa salir peor parado en una negociación. La miopía espiritual produce poco o ningún beneficio en muchas de las peticiones dirigidas al Gran Espíritu. Las oraciones de mentes mezquinas pierden la marca sublime del amor incondicional, ya que emanan de corazones limitados por el egoísmo – en lugar de agrandarse por la amplitud del desinterés que todo lo abarca.
El egocentrismo mantiene las oraciones al alcance de la mano del ‘pequeño yo’, mientras que el desinterés expande su rango orbital para incluir todos los intereses colectivos, incluidos los propios. Debido a que están desprovistos de cualquier agenda conflictiva, las oraciones altruistas obtienen un derecho de paso instantáneo, sin pasar por una larga fila de espera.
El valor redimible de las posesiones materiales fluctúa de acuerdo con los caprichos del mercado planetario, sin afectar el valor sentimental más etéreo de las cosas conectadas con los recuerdos queridos de tu corazón.
Orar por los valores es como multiplicas los ‘talentos’ recibidos al nacer: tu fondo fiduciario espiritual. También actúa como la ‘zanahoria metafórica’, adosada estratégicamente al extremo largo de tu vara de oración, para mantenerte en movimiento hacia el surgimiento de tu yo superior. El cumplimiento de las plegarias irreflexivas puede resultar en un retraso en tu crecimiento personal, a menos que su reacción perjudicial te bendiga en espíritu, al impartirte una medida no despreciable de sabiduría del alma.
Custodia el precioso fondo fiduciario de valores y significados, cuidadosamente adquiridos, en la bóveda de tu alma para la edificación colectiva. Mientras que tu riqueza material permanece atada a la Tierra debido a la fuerza gravitacional planetaria, tus activos espirituales están atados al Cielo. Su asombrosa diversificación condimenta la calidad general de tu existencia, como los frutos del Espíritu abundan en las vitaminas del alma.”
Traducido por Silvia Adriana Cohane.