“LA IGNORANCIA NO ES FELICIDAD”
“Pero el error más grande de las enseñanzas que se refieren a las Escrituras, consiste en la doctrina de que éstas son libros sellados de misterio y de sabiduría que tan sólo se atreven a interpretar las mentes sabias de la nación. Las revelaciones de la verdad divina no están selladas sino por la ignorancia humana, el fanatismo y la intolerancia de miras estrechas. Sólo el prejuicio y la superstición empañan la luz de las Escrituras.” [LU, 159:4.9]
Ajustador de Pensamiento: “La ignorancia no contribuye a la felicidad, ya que es un estado de deprivación del conocimiento que a menudo desencadena el miedo a lo desconocido y la falta de autoconfianza. A través de las eras oscuras de la evolución, los misterios sin resolver de lo desconocido han puesto una gran carga en las almas de los hombres.
Para dar sentido de los fenómenos físicos y metafísicos interiores y exteriores, las mentes demasiado imaginativas inventaron sistemas de creencias y elaboraron complejos rituales para la autoconservación que no se basaban en hechos científicos o verdades filosóficas y eran fácilmente adoptados por temerosos rebaños ignorantes. Tanto la sospecha como la superstición jugaron un papel en estas interpretaciones defectuosas que proporcionaron un marco temporal para la comprensión rudimentaria de estas primeras épocas.
Fue una mejora espiritual a escala planetaria cuando el Espíritu de la Verdad se encarnó en la forma del Jesús humano. Sus palabras, pronunciadas con autoridad divina, cortaron como una espada a través de la amalgama de creencias falsas para extraer cualquier producto de la verdad que Jesús desarrolló con pericia para la edificación colectiva.
Uno de sus mandatos recurrentes era: “Pide y recibirás”. La formulación de preguntas inteligentes requiere cierta reflexión por parte del investigador. Cada uno de ustedes merece operar dentro de la verdad de su ser. Su principal prioridad debe ser determinar su propósito en función de sus activos y talentos personales. Su próximo paso debe ser ir tras ello, en este mundo y más allá.