El Sherpa Interior

Transcripción

“Bendecir a otros es mucho mejor que maldecirlos.”


“La verdadera bondad es como el agua, en el sentido que bendice todo y no daña nada.”. [LU, 131:8:3]
Ajustador del Pensamiento: “Es difícil para las criaturas humanas autoevaluarse objetivamente. Operan sobre una base de datos defectuosa, pero no se refrenan de criticar duramente a los demás, mientras son excesivamente indulgentes en su autoevaluación, presentando una miríada de excusas para quitarle peso a conductas inexcusables.
Los autonombrados ‘vigilantes’, quienes proclaman el injusto principio de que ‘el fin justifica los medios’, se suman al caos. El odio y la ira son victimarios crónicos. ¿Cómo podrían alguna vez sanar tu mundo de los crueles golpes que le infligen de primera mano? Como dice la letra: “Todo lo que se necesita es amor”, y tú puedes ser uno de sus canales de riego, tan necesarios de manera urgente, consentidos desde lo Alto.
¡Conéctate a la fuente de la bondad, que corre en lo profundo dentro de tu alma! Permite que lave todos los sentimientos duros, dando paso a los bien indicados consejos de amor, empatía y compasión. Vuélvete al interior para reflexionar cómo puedes apagar efectivamente los muchos puntos de origen de estos incendios emocionales fuera de control.
Uno no debería tomar decisiones impulsivas desde un lugar de angustia emocional. La ira, el miedo, y el deseo de venganza, son consejeros prejuiciosos. Jesús sentó un brillante precedente para todos los luchadores por la libertad. Valientemente se levantó contra la discriminación, afirmándose como el campeón de los oprimidos. Acabó como la víctima inocente de un sistema manipulado en su contra, por agendas llevadas por el odio y los intereses personales. Sin embargo, nunca expresó amenaza alguna contra sus verdugos. En cambio, les advirtió sobre el grave costo que la iniquidad tendría, en sus posibilidades de supervivencia del alma. Él desinteresadamente intercedió por ellos, alegando su ignorancia como circunstancia atenuante – pero todavía dispuesto en su corazón para amarlos incondicionalmente, y desearles lo mejor, nunca lo peor. Sí, Su bondad fue como el agua, bendiciendo todo y sin dañar nada.”
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