“JESÚS ERA UN ANALISTA BRILLANTE DEL COMPORTAMIENTO”.

Ajustador de Pensamiento: “En su último discurso público en los atrios del templo, Jesús inusualmente no se anduvo con rodeos en sus palabras hacia sus aspirantes a asesinos. Su contundente llamada de atención podría confundirse con la emisión de maldiciones sobre sus atormentadores, mientras que les estaba advirtiendo sobre el alto costo que sus acciones inicuas tendrían en su destino espiritual.

Fue un último intento misericordioso de su parte para extirparlos de su coma espiritual. Todavía no era demasiado tarde para una experiencia de conversión de última hora que les ahorraría la desgracia de convertirse en instrumentos del infame asesinato del tan esperado Salvador de la humanidad.

Tres años antes, en su sermón de ordenación, Jesús enunció las muchas bendiciones derramadas sobre todo tipo de personalidades sencillas: los pacificadores, los misericordiosos, los humildes, los mansos, los puros de corazón, los perseguidos por la justicia, los que tienen hambre y sed de justicia, los que están de luto, los que lloran y los pobres de espíritu.

Ahora, en los últimos días de su encarnación humana, emitió advertencias urgentes a una élite autoproclamada en conflicto que estaba a punto de convertirse en instrumentos voluntarios para asesinar porque lo habían perfilado psicológicamente a él de manera incorrecta.

No teniendo nada que perder ya que estaban tramando su ejecución, Jesús confrontó descaradamente a la escoria espiritual de la tierra. Enunció la larga lista de sus propensiones negativas: hipócritas, discriminadores, victimarios despiadados, falsos maestros, guías ciegos, individuos deshonestos, acaparadores de riquezas materiales, ‘maestros necios [que] coláis el mosquito y tragáis el camello’ [LU 175 :1.17], réprobos sin escrúpulos culpables de extorsión, de excesos y de engaños, almas inicuas sedientas de sangre que rechazan la verdad y desprecian la misericordia, falsos guías de una nación, hijos del mal, descendencia de víboras. En pocas palabras, todo espectáculo, sin sustancia.

Repartió guía espiritual en ambos discursos, aplaudiendo a las almas humildes que mostraban los rasgos del Nuevo Testamento de una vida correcta mientras denunciaba la fanfarronería de los individuos endurecidos que justificaban sus malas acciones con el fervor del Antiguo Testamento.”

Traducido por Oscar Escobar.