“REPRIMIDOS Y CRÓNICAMENTE DEPRIMIDOS.”
“El valor moral no deriva de la simple represión —de la obediencia a la admonición «no harás». El temor y la vergüenza son motivaciones indignas de la vida religiosa.” [LU, 140:4.7]
Ajustador de Pensamiento: “El reprimir es retener algo o prevenir un acto de voluntad, a menudo por la fuerza. La inhibición es un sentimiento que hace que uno se cohíba y sea incapaz de actuar de una forma relajada y natural. Ambos se refieren, generalmente, al acto de someter algo.
Una cosa es segura: la represión y la inhibición generan emociones infelices, pues restringen de gran manera la autoexpresión positiva. Tristemente, muchos líderes religiosos manipulan emocionalmente sus adeptos hacia la malsana sumisión al regañarlos y avergonzarlos inapropiadamente. ¿Cómo podría experimentarse la dicha espiritual mientras se suprime la expresión espontánea de la innata alegría del alma?
Los hijos e hijas criados en hogares disciplinarios pueden ser considerados buenos y serviles. Sin embargo, no es por elección. El miedo de las ofensas los mantiene a raya, no el amor de hacer el bien. Muchos de ellos se vuelven consternados que huyen de tales ambientes terribles.
Vuestra alma sensible necesita un hábitat seguro y educativo para desplegar sus alas etéreas e iridiscentes. El estímulo hace maravillas.
El ministerio de Jesús tuvo connotaciones positivas a las que él legítimamente se refirió como ‘las buenas noticias.’ El anunció que el Padre os ama pase lo que pase, desacreditando así a las falsas noticias que el padre solo ama a quienes prudentemente apelan a Su lado bueno, como si Él tuviera un lado malo. Jesús amonestó a todos que brillaran su luz, no que la atenuaran. Por lo que a Él respectaba, no debería haber toque de queda espiritual. Él, persistentemente, instó a su audiencia a estar en alegría, sabiendo que la felicidad es incompatible con albergar cualquier emoción negativa.
En vez de reprimirlos solamente, domesticad vuestros impulsos negativos ‘re-formándoles’ a través de la libre expresión de tu lado brillante. El miedo, un maestro impostor, aviva vuestras inhibiciones. Al conquistar vuestra angustia, te pondrás en contacto con tu yo vibrante. Enganchad vuestro vagón a la guía aventurera del Espíritu Mente Adjunto del Coraje. Os impulsará hacia adelante, sin dejar arrepentimientos.”
Traducido por Oscar Escobar.