“EL A.R.T.E. DE TRANSMITIR Y RECIBIR.”
“Para todo, hay una temporada, y un tiempo para cada propósito bajo el cielo: un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; […] un tiempo para destruir, y un tiempo para edificar; un tiempo para llorar y un tiempo para reír; un tiempo para lamentar, y un tiempo para bailar; …; un tiempo para estar en silencio, un tiempo para hablar …” [Eclesiastés 3]
Ajustador de Pensamiento: “Este pasaje representa los patrones rítmicos que dan forma a la experiencia humana, los inevitables altos y bajos, tensiones y liberaciones, los descensos y las expansiones que son parte de los movimientos universales.
Los humanos se acercan instintivamente al Punto de Origen divino del cual tuvieron su origen como seres sensibles después de su gestión como formas de pensamiento premeditadas.
Lo que ha sido acuñado como el Proceso de Transmitir/Recibir no es el privilegio de unos pocos afortunados. Mientras ocurre en un alto plano de consciencia, es similar a la transferencia de datos o emociones en las relaciones humanas. Es apropiado retratar este proceso de la comunión y comunicación espiritual del alma como un tiempo para estar en silencio y un tiempo para hablar. Tomas parte en una reacción en cadena espiritual de magnitud cósmica cuando libre y humildemente compartes tus entendimientos con otras almas receptivas.
El pedir es un prerrequisito para el proceso de comunicación abierta con el Espíritu. Déjame mezclar las cosas con un flujo más lógico: Apelar/Recibir/Transmitir-Expresar (A.R.T.E). Te sorprenderías de que tan recursivo es el Espíritu en suministrar retroalimentación, directa o mediante un representante, intencionadamente o más explícita.