“LA ABUNDANCIA AUTO REABASTECEDORA DEL AMOR.”
“Todo amor verdadero viene de Dios, y el hombre recibe el afecto divino así como él mismo dona su amor a sus semejantes. El amor es dinámico. No puede ser apresado jamás; está vivo, libre, conmovedor y siempre en movimiento. El hombre no puede tomar jamás el amor del Padre y aprisionarlo en su corazón. El amor del Padre puede llegar a ser real para el hombre mortal sólo al pasar a través de la personalidad del hombre cuando a su vez dona ese amor a sus semejantes.” [LU, 117:6.10]
Ajustador del Pensamiento: El amor divino es INSPIRADOR. Reflexiona sobre esto por un momento. Es así porque el amor es una fuerza dinámica, la fuerza vital de Todo Lo Que Es. No hay tal cosa como el ‘amor estancado’. Este representaría su sentencia de muerte.
Al leer la descripción anterior de la vitalidad del amor, no puedes dejar de notar la infalible manera entre los caminos del amor, y aquellas del perdón; ya que sus atributos se superponen en sus expresiones dinámicas. Además, es solo a través del filtro de su personalidad que ustedes experimentan lo que de otro modo seguirían siendo conceptos abstractos; ya que ustedes sólo realmente SABEN lo que experimentan. Lo que imaginas es un débil atisbo de una magnífica realidad.
“El Padre en el cielo te ha perdonado aun antes de que hayas pensado en pedírselo, pero dicho perdón no es asequible en tu experiencia religiosa personal hasta tanto no perdones tú a tus semejantes. El perdón de Dios —como hecho — no depende de que perdones a tus semejantes, pero en experiencia depende en forma precisa de este factor.” [LU, 146:2.4]
¿No estás ansioso de experimentar tanto el amor como el perdón del Padre? A medida que emulas estos atributos divinos, tratando a los demás como Él te trata a ti, puedes vislumbrar Su magnanimidad. El amor y el perdón no son fáciles para la humanidad. Aquellos que hacen de su aprendizaje una práctica de ‘momento a momento’ ven recompensados sus esfuerzos. Ellos comienzan interactuando con sus semejantes, con un paternal corazón compasivo, en lugar de una postura crítica. También llegan a apreciar cada vez más la plenitud del amor divino, que fluye hacia todos, ya que es incondicional. El Padre no puede evitar derramarlo, debido a su insondable y auto reabastecedora abundancia.”
Traducido por Silvia Adriana Cohane.