EL SABOR DIVINO DE LA PAZ
“El Hijo autootorgador es el Príncipe de la Paz. Llega con el mensaje, «Paz sobre la tierra y buena voluntad entre los hombres»” [LU, 52:6.1]
Ajustador del Pensamiento: “La Paz es vuestra más valiosa adquisición. “La tendencia pacifista de la raza humana no es una dotación natural; se deriva, más bien, de las enseñanzas de la religión revelada, de la experiencia acumulada de las razas progresivas, pero aún más, de las enseñanzas de Jesús, el Príncipe de la Paz.” [LU, 68:3.5]
En su ápice, este estado sublime te sobrecoge – cuerpo, mente, corazón y alma. Tú sientes una extraordinaria sensación de calma y seguridad. Estás lúcido, y tu mente funciona de manera óptima, produciendo resultados positivos, ya que no permite interferencias negativas. El gozo, la felicidad y la satisfacción son el resultado natural de tan sublime paz, que actúa como armadura corporal, desviando preocupaciones, ansiedad y estrés.
Aférrate a ella por todos los medios, ya que es divina. Era un rasgo sobresaliente de vuestro Maestro Jesús – legítimamente llamado el Príncipe de la Paz. Quienes lo conocieron quedaban tremendamente impresionados por su aplomo en medio de los conflictos, y la nobleza de su presencia de mando pacífica. Tal es la influencia ejercida por aquellos que permanecen imperturbables en medio de circunstancias extremas: ‘maestros hechos por sí mismos’.
Un estado gozoso de paz universal parece ser utópico. Vuestro planeta abunda en puntos calientes de conflictos, que tienen indeseables efectos dominó. Nadie niega el hecho de que la inquietud es altamente contagiosa. También lo es la paz, su antídoto. ¡Denle todo el debido crédito!
La inquietud los toma desprevenidos. Así es como conduce estratégicamente sus saqueos hostiles, causando estragos en muchas vidas. Debido a que Él vivió con una mayor conciencia, Jesús nunca cayó presa del desequilibrio emocional. Permaneció arraigado en el presente y en la Presencia: la omnipresente Luz Guía que tanto se pasa por alto cuando uno está obsesionado con la efímera cobertura de las nubes.”
Traducido por Silvia Adriana Cohane.
